El Inocente by Mario Escobar

autor:Mario Escobar [Escobar, Mario]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Intriga
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00

14. DETENCIÓN

Madrid, España, dieciocho años antes.

Jeffrey abrió la puerta con cuidado, no quería que su mujer se despertara. Los niños aún debían estar en la cama y en menos de una hora tendrían que llevarlos a la escuela. Se fue directamente a la cocina y se preparó un café. Después se tumbó en el sillón del salón y se tapó con una manta. Se sentía culpable, pero no podía evitarlo. Llevaba años intentando controlarse, centrarse en su familia y en su matrimonio, todo había sido inútil.

Unos minutos más tarde el agotamiento le pudo y cayó en un profundo sueño. Las voces de su mujer le despertaron, corrió escaleras arriba y cuando llegó al cuarto su esposa le observó con una mezcla de estupor y desprecio.

—¿Qué sucede? —le preguntó alarmado.

Ella no contestó, se puso a vestirse como una loca, mientras los niños, asustados por las voces, lloraban al otro lado de la casa. Él se dirigió a la habitación de sus hijos e intentó tranquilizarlos, después regresó al cuarto principal y vio a su mujer vestida, pero aún con los ojos hinchados por el sueño y el pelo despeinado.

—¿Me puedes contar qué sucede? —le preguntó angustiado.

—No lo sé, nuestra amiga Carolina ha ido a la casa de Johanna para ayudarlos con los niños. Hoy le tocaba a ella, pero se la ha encontrado muerta.

La testigo miró fijamente a la cara de Jeffrey, ahora parecía un viejo y amoroso padre de familia, pero ella no tardaría en desenmascararlo. Habían pasado muchos años, demasiados, aunque sabía que cometería algún error y esta vez no escaparía con tanta facilidad.

—¿Usted es Madeleine González?

—Sí, señora —contestó a la ayudante del fiscal. Apenas llevaba doce horas en el país. Su avión había aterrizado la noche anterior tras casi diez horas de vuelo, después había hecho escala en Atlanta y apenas había pegado ojo en toda la noche. Llevaba años sin ir a Estados Unidos. Su primer marido fue un soldado norteamericano de la base de Torrejón, cercana a Madrid, después de diez años juntos se habían divorciado, ella se había quedado con los niños y había regresado a España.

—¡Conoce al acusado?

—Sí, nos conocimos hace muchos años en España. Vivían a mi lado, cuando yo estaba casada con un militar norteamericano.

—Usted se puso en contacto con nosotros y ha venido desde España. ¿Por qué lo ha hecho?

—Hace años, Jeffrey y su esposa fueron buenos amigos. Éramos un grupo de cuatro matrimonios. Lo hacíamos todo juntos, nos ayudábamos con los niños. Ya sabe, las típicas fiestas, barbacoas y salidas al campo. Todo se torció cuando murió el marido de Johanna, Julio Florentino, que era sargento. Nunca se esclarecieron las causas de su muerte. Al parecer un accidente en los hangares de la base, mientras estaba con Jeffrey Green. Desde ese momento comencé a sospechar de él. Algunas amigas de la ciudad me habían comentado que frecuentaba prostíbulos y que le habían visto con varias mujeres. Aunque lo que me hizo sospechar es que, unas semanas antes de la muerte

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